13.12.11

Cien Días Cien Escritos. Día Setenta y Cuatro: Un Rompecabezas Sin Solución.

Como me hubiese gustado que las cosas se hubieran dado como estaban escritas desde el principio, me hubiese encantado no tener que llegar a estas instancias donde el rompecabezas se hace más y más grande, aumentan el número de piezas y esto parece no tener fin. Por más que quiero seguir luchando, la esperanza se me va acabando conforme van pasando las horas, cada vez que intento buscar algo bueno que pueda salir de todo este maldito esfuerzo no lo consigo, me desanimo más y más, intento aferrar mi existencia a tu persona pero se vuelve más peligroso hacerlo, intentar que seas mucho más que mi amiga no tiene caso si al final todo terminará en un caos, ¿qué más puedo hacer si ya lo he intentado todo, y tú no ayudas a que el dolor pese menos y se vuelva más pasajero? Si continuo como hasta ahora, terminaré arrebatandome lo más valioso que tengo hasta ahora: mi vida. Por eso, con todo el dolor de mi alma, tengo que despedirme, abandonar de una vez por todas este proyecto de querer conquistarte, y si lo pienso, no habra otro dolor que se compare con este, pero es necesario que así sean las cosas, dejare a un lado este plan maquiavelico del que los dos saldremos lastimados solo por verte feliz, pero no sin antes, cumplir la promesa que pacté conmigo mismo aquella noche de embriaguez, solo un día más vida mía, solo uno para que este rompecabezas, deje de tener sentido y se destruya por completo.

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