1.12.11
Cien Días Cien Escritos. Día Sesenta y Dos: Contando Estrellas.
Después de hace tanto tiempo, por fin decidí contar los adornos del manto nocturno que esta noche me arropa. Nunca antes lo hice, porque siempre me distraía dibujando escenas con ellas, siempre me recuerdan el momento en que esos ángeles se posaron en mi existencia. Cada imagen que con ellas formaba, siempre me desangraba de a poco el alma, ¿qué caso tenía entonces, si nunca fui amante del masoquismo? Pero hoy es diferente, hoy las recuerdo con alegría en vez de con melancolía, hoy no sangro penas, hoy sangro sonrisas, de esas que se te quedan y nunca olvidas, ¿cuántas sonrisas tengo guardadas detrás de la vitrina? Perdí la cuenta desde la que me regaló aquella chica, esa que me encontré mientras caminaba con el último ángel que puso fin a mi soledad. Ya no cuento más las estrellas por lo que en mí provoca hacerlo, ahora solo lo hago para poder dormir y olvidar el día, esperando despertar mañana con una sonrisa que secuestrar para colocar en mi cuarto de trofeos.
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