31.10.11

Este día he peleado con cupido, me ha dicho que no nací para amar, le contesté que no sirve para enamorar.

Cien Días Cien Escritos. Día Treinta y Uno: Epílogo: Nuevos Caminos.






Hoy el Sol brilla como nunca, hay toda una vida por delante, un camino nuevo me espera, unas alas nuevas, una armadura más brillante, todo pinta a mi favor. Nada puede fallarme ahora, el mundo conspira, pero no más en mi contra, y entre esta nueva forma de ver la vida me pregunto: ¿Cómo estas? ¿Todo marcha como querias? ¿Me extrañas como yo te extraño? ¿O yo si me enamoré?

30.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Treinta: Acto VI: El Renacer Del Caballero.

Estoy listo, mi Creador me a dado las armas necesarias para enfrentar una vez más a la vida, pero sobre todo, me ha dado algo que muchos desearian tener: una segunda oportunidad. En medio de la lluvia y una inmensa tumba que resguarda mi persona, se comienza a mover la tierra humeda, de entre ella sale una mano, mi mano, si impulso de salir de este lugar. La lluvia moja mi cuerpo antes destruido y demacrado que hoy se convierte en uno nuevo y renovado, mis alas han crecido nuevamente, son más bellas y mejores, podré volar tan alto como quiera, buscaré en los cielos el final feliz que tanto quiero. No me rendiré nunca más por una persona que no vale la pena, no desistiré de mis sueños, volaré tan alto como sea necesario para alcanzarlos, hoy vengo a conquistar al mundo, asi que, en medio de la lluvia y aun con el recuerdo de la chica que me lastimó en mi otra vida, hago una promesa: no me dejaré vencer por nadie jamás.

29.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veintinueve: Acto VI: Conspiración Divina.

Cuando llegué por fin a casa, todos me esperaban emocionados, me miraban y aplaudían, lloraba y se conmovían, me abrazan y apoyaban, mis hermanos estaban conmigo, por fin estaba en casa. Me dijeron que El Creador quería verme, me sentí extrañado, no sabía para que, pero quería verme. Cuando estuve frente a él, me pidió una disculpa, diciéndome que el todo lo había planeado, todo había sido un juego suyo, pero con una intención: hacerme entender que la chica de humo no era para mí, que merecía proteger a alguien mejor, que ella estaría bien, le esperaba una buena vida, pero tendría que pasar aún muchas pruebas. Le dije que había sido cruel, le grite, le reclamé, le pedí que arreglara las cosas entre nosotros, pero al final entendí que lo hizo por mi bien. Reímos, lloramos, y al final, me dio la gran noticia, mi misión aún no había terminado y tenia que regresar. Tendría que estar listo, que las verdaderas pruebas apenas iban a comenzar.

28.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veintiocho: Acto V: Día De Luto.

Hoy todos han venido, ya me encuentro más tranquilo, ya todo se ha vuelto más sencillo. Aunque ellos no puedan verme, estoy presente, no podía faltar yo a mi propio funeral, cada palabra que dicen, cada lágrima que derraman por mí es un halago que se convierte en un yugo que no me deja desprenderme de ustedes. Hoy todos han venido a contemplar al ángel que se exhibe en su caja de cristal con su armadura rota y fundida por el calor de la explosión. Quiero abrazarlos a todos, quiero sentir su calor inundando cada parte de mi ser, ya no tengo palabras para expresarles lo que siento, solo puedo decirles gracias, porque nunca me dejaron caer, nunca dejaron de valorarme como persona, hicieron mucho más que la única persona que hoy se encuentra ausente, eso no me sorprende. Bueno mis amigos, es hora de llevarme su recuerdo a la tumba, tres kilogramos de paz se colocarán sobre mí, los quiero a todos. No lloren más por mi, no es el final, es el principio de mi regresar a su lado, despídanme con una sonrisa, nada me complacería más... Los esperaré en la luz, allí donde no existe dolor. Adiós mis amigos, nos veremos en otro lugar...

27.10.11

Han cambiado las fechas, se me ha movido el tiempo, un día más es todo lo que necesito; si ya perdi una vida en esto, ¿qué es un día más en mi suplicio?

Cien Días Cien Escritos. Día Veintisiete: Acto IV: Se Me Acabó La Exitencia.

La busqué en el único lugar donde aseguro se sentía segura, la llamé con voz tenue, entrecortada, las heridas y el dolor me robaron la fuerza hasta para pronunciar palabra alguna. Frente a ella, y con la lluvia como mi única testigo, le puse el arma en la mano, apuntando a mi cabeza, lo único de mi coraza que aún tiene vida. Le pedí que lo hicera, que acabara conmigo, que la existencia sin ella no tenia sentido, ella no tendría culpa, yo cosechaba lo que hasta entonces había sembrado. Dudó, lo pensó, pero al final mis palabras fueron mas fuertes, se le clavaron en el alma y le movieron el corazón, sin remordimiento, lo hizo. Silencio. Ya todo es eterno, ya todo el calma, ya no pesa el alma, ya no sangra el corazón, por fin me sumerjo en la oscuridad eterna, aquella que solo puede darme paz, aquella que me espera con los brazos abiertos... Tanto esperó por mi, que ahora que me tiene, no sabrá que hacer conmigo. Silencio.

26.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veintiseis: Acto III: El Recuento De Los Daños.

Se me acabo el mundo de color de rosa, corte de tajo el velo que le pusiste a mi mirada para endulzarme la vida, lo que vi después no fue nada alentador. Pero no te culpo, solo yo soy el responsable de cosechar miserias si es lo que hasta la fecha he plantado. Ahora conozco la magnitud del daño que puedo llegar a ocasionar cuando decido estallar, pobres almas que se topen conmigo en ese momento de destrucción, se habrán ganado una muerte segura. Pero tendré que seguir, no me dejaré vencer por el dolor que nuestra mentira me causo, como lo dije antes, soy el único responsable de contemplar el panorama que hoy tengo ante mí. Mi pequeño Apocalipsis dejó mas que claro lo que soy capaz de hacer cuando estoy moribundo a causa del amor, perdona amor mío, si te inquietan mis palabras, no intentes buscarles doble sentido o un mensaje entre líneas, no soy amante de esas cosas, no eres responsable de nada de lo que aquí menciono, solo eres culpable de llevar al límite las emociones que hoy me acongojan. Dime adiós ahora que aún es tiempo, mañana será demasiado tarde. Búscate una nueva vida, que este ángel agonizante y mutilado, ya no podrá darte lo que tenía para ti. Sigue tu camino, que después de que haya muerto, yo encontraré el mío.

25.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veinticinco: Acto II: Cuando El Volcán Hace Erupción.

Pude notar el asco que le produce mi presencia cuando la beso, eso a mi no me importa, fueron dos grandes días que nunca olvidaré, pero hasta yo tengo dignidad y mucha paciencia, y este volcán ya resistió mas de lo que podía. A todos a mi alrededor se los cargará la chingada, así que, será mejor que me aleje y erupcione en donde solo pueda hacerme daño a mi mismo, ellos no merecen pagar una cuenta que no les corresponde, si al final el único responsable soy yo. Con respecto a la dama de la que hoy hablo, no tengo porque reprocharle nada, ella solo se dejó llevar por un momento de poca lucidez, lástima que no sea lo que esperaba, me pregunto cono siendo tan hermosa puede pensar de una forma tan ruin y sin sentido, pero esa es una línea que no deseo volver a pasar, al menos hasta que ella entienda cuanto lastiman sus palabras aunque no sean con esa intención. Se nos cayó el teatro amor mío, a este rey al que le diste un papel de bufón se canso de recibir siempre lo mismo, iré a buscar un mejor papel en la maravillosa obra de otra persona llamada su vida buscando un papel protagónico, sin importar cuanto ruegues no volveré, pero no lo tienes todo perdido, este volcán puede ser muy piadoso, el día que te quites tanta basura de la cabeza, que te quieras a ti misma y que sepas que es en realidad lo que buscas conseguir en esta vida, intenta una vez más ganar mi confianza, en lo que lo descifras, te quedas sola, en tu escenario, con una única luz alumbrando tu persona, bañada en lágrimas, no por el “amante” que acabas de perder, sino por el amigo que decidió por cuenta propia marcharse de tu lado. Cae el telón.

24.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veinticuatro: Acto I: Saboreando Las Mieles De La Mentira.


Nunca me gustó mentir, en esta ocasión decidí hacer una excepción, no podía ser recto por siempre. En todo momento me preparé para las consecuencias que entrar en esta guerra implicaría, mi armadura esta lista, la preparé lo mejor que pude para que soportara la lluvia de piedras que caerían en mi persona. Ningún golpe mal intencionado del amor me afectaría, cualquier peso extra que tenga que cargar, seré capaz de resistirlo, pero… Entre todas estas precauciones que decidí tomar, nunca imaginé que el simple roce de tus manos dañaría de la forma más intensa mi alma, el calor de tu presencia lastima mi alma, pero es parte de esta dulce mentira que decidí apoyar, no puedo pedir más en este momento, que me tengas en una posición que involucre sentimientos es para mi lo máximo, y aunque sé que esto terminará después de una tragedia de siete días, moriré feliz cuando vea declinar la semana, porque habré cumplido uno mas de mis sueños, tendré que buscar la forma para sacarle el máximo provecho a esta “oportunidad” que se me ha presentado, no tengo más fe atada a mi corazón, esto es simplemente un juego que un par de amigos decidieron jugar, que lástima que ninguno de nosotros sabíamos en la camisa de mil espadas en la que nos estábamos metiendo, yo haré lo posible porque tu no salgas lastimada de un juego que un niño tonto decidió tomar, sacrificaré mi existencia por verte siempre bien, pero ¿estás dispuesta, tu mi amor, a ver morir al hombre que hasta ahora, a buscado más que una noche de pasión contigo? Si tu respuesta es negativa, será mejor que te vengas haciendo a la idea, que tendrás que ver morir al hombre, para ver renacer al caballero.

23.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veintitres: Preparando La Armadura Templada Para La Vida






Hice mi armadura de los metales más fuertes que encontré, aleación de hierro y titanio fue lo mejor que pude encontrar. Evite hacerla de oro, un material muy tentador a la vista de los demás; no la hice de cobre, este conduce muchas cosas y tu amor no es algo que quiera conducir a mi corazón; se viene una avalancha de golpes a mi vida por parte del amor, siete días de un martirio que espero poder soportar, estoy listo, nunca me sentí mejor, acabaré con todo lo que se me ponga en el camino, y después de superar la prueba, moriré feliz y contento, para levantarme de la tumba a darlo todo, pero en esta ocasión, solo por mí.

22.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veintidos: Regalame Una Sonrisa.

Solo quiero verte sonreír una vez más, ¿es acaso mucho pedir? Las pesadillas me atormentan aun sin estar dormido, me acechan en cada esquina, en cada lugar al que miro, siempre me encuentran, no ay lugar donde esconderse, por eso necesito tu sonrisa, ese faro que ilumina mi camino y me dice a donde debo ir. Deja las lágrimas a un lado, cambia tu dolor por alegría, y regálame una sonrisa, de esas que se contagian, de esas que te alimentan el alma y que no puedes dejar de mirar. No te dejes vencer por la tristeza, ella es pasajera, ven, riamos juntos por un rato y olvidemos las cosas que nos han pasado, dejemos que una carcajada no alegre el día. Regálame una sonrisa, la necesito casi como al aire que respiro. Ven, vamos a dejarlo todo atrás, y riamos, riamos hasta que nos duela la panza.

21.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veintiuno: Éxtasis En Las Estrellas.

Mantos infinitos de estrellas se apoderan del cielo cuando apenas los rayos del Sol acaban por esconderse en el horizonte, sientes la melancolía nocturna que te provoca la luz de la Luna y el roce de tus sabanas pide a gritos un cigarro para calmar tus ansias acompañado del licor que hace sentir mas viva el alma; y tu desnudo cuerpo se estremece al sentir el ardiente líquido transitando por tu interior llevando el amor a una fusión de cuerpos con la razón, sin dejarle a esa bestia hambrienta de calor otra salida, solo le queda apoderarse de ti, con ese deseo intenso de sentir en carne viva la locura que provoca su dulce compañía. Y el deseo crece con cada beso, cada caricia, cada gota de sudor que resbala de entre sus pechos, llevando al éxtasis los deseos más oscuros y mejor guardados que un hombre atormentado por la soledad pudiera tener. Tu mirada dirigida al vacio solo pide mas, solo quiere que a través de tu intimidad la lleves al cielo para así poder tocar la mas bella de las estrellas, esa que la Luna cuida con recelo esperando el regreso del ángel que resguarda en su canción, la pasión inmensa que ella espera por algún medio y de cualquier modo llegar a recibir; como Julieta mirando el horizonte aguardando el ultimo beso de su Romeo con mil y un poemas de amor que dejan un millón de cicatrices en su corazón. Sabiendo que no tiene nada mas que un par de brazos desnudos que muy fuerte la van a abrazar, al ver que los tenues rayos aterciopelados del Sol inundan la habitación, ella se marcha y tu mirada perpleja se queda al ver como se contonea mientras se aleja y regresas a esa soledad. Paciente esperas a que llegue la noche de Luna llena para que ese demonio vuelva a apoderarse de tu indefenso cuerpo y traiga consigo aquel majestuoso monumento, de aquella majestuosa dama.

20.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Veinte: Alas De Cristal.




Intenté desprenderme de ellas, las corte de tajo sin siquiera pensar en las consecuencias que no tenerlas me traería, no sabes como me arrepiento de haberte dado mis alas, no fue la decisión mas coherente que haya tomado en mucho tiempo, pero no me importa haberlo hecho; tu las necesitabas más que yo, ahora disfrutas el maravilloso espectáculo que nos ofrece la vida desde arriba. Mientras tú te acostumbras a usarlas, yo intento adaptarme a mis piernas, pero es tan complicado, así que he decidido hacerme unas nuevas. Buscaré un material más resistente, que soporte cargas pesadas y golpes inesperados; tengo varios modelos que deseo probar y muchos otros que aún me quedan por crear, pero de todos ellos, hay uno en especial que me a cautivado de verdad, esas alas de cristal me llaman; intentaré volar con ellas, tal vez me lleven más alto, tal vez no me lleven a ningún lado, pero eso es algo que aún tengo que experimentar, veré como me siento y hasta donde me pueden llevar.

19.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Diecinueve: Te Regalo Mis Alas.

Te regalo mis alas, tómalas, son tuyas, yo no las necesito más, he aprendido a vivir sin ellas, he volado hasta donde mi cuerpo me a permitido hacerlo. ¿Sabes? La carga ahora es pesada, pero no quiero que te la lleves, al contrario, quiero cargar con las tuyas, apoyarte, esta contigo aunque sea de esta forma. Con ellas, podrás volar hasta donde te lo propongas: podrás alcanzar estrellas; viajaras a mundos a los que nadie más te llevará; conquistaras a muchos con la nueva belleza que engalana tu presencia. Dolió mucho tener que cortarlas, arrancarlas de raíz, pero lo que sea solo por ti, quien has hecho que este mundo sea mejor y más sencillo con tu simple presencia. Cuídalas, me han dado mucho, espero que les des un mejor trato del que yo les he dado, vuela, se libre, deja atrás a todos esos mortales que te mira con recelo y ve tras esos sueños que te esperan en el universo infinito.

18.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Dieciocho: Un Ángel Entre Las Sombras.

Me perdí entre las sombras hasta que me encontré con ella. “eres diferente, especial, mi dulce y querido ángel guardinan, caballero sin armadura con alas brillantes”, hasta la fecha ha sido la única que ha descubierto mi secreto, solo estoy aquí por ella, necesito de ella tanto como ella necesita de mí, nos hemos convertido en algo tan especial, que será muy difícil romper ese lazo. Solo existe un problema, yo la quiero, no se si ella a mi me quiera de la misma forma, solo se que no puedo vivir ni un solo día sin perderme antes en la profundidad de sus ojos, aquí estaré por ella, por la única que hasta ahora, a sido capaz de hacer que me desprenda de mis alas, para obsequiárselas, y poder verla volar más y más alto cada día. Aquí estaré, en las sombras, esperando el último aliento de mi existencia, yéndome feliz, de haberla conocido…

17.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Diecisiete: Rompamos Esas Barreras.

Rompamos esas barreras, decidamos poner un alto a la indiferencia, y empecemos de nuevo con esta historia… Pongámosle punto y final al pasado, dejemos que el futuro llegue solo y vivamos juntos el presente; a pesar de nuestro gran episodio, tenemos que continuar, basta ya de seguir con eso, en su momento fue maravilloso, las barreras del dolor y la indiferencia a cada momento se hacen presentes, pero no durarán para siempre; no hemos dejado de frecuentarnos, hagamos que esos sean más amenos, ahora tomémonos de las manos y caminemos juntos por el sendero que se a abierto ante nosotros, yo no tengo dudas sobre lo que siento por ti ¿tú aún las tienes? ¿Qué es lo que no te queda claro? Si el romance que vivimos alguna vez se volverá a repetir, en su momento llegará, mientras tanto, disfrutemos de la vida que nos han prestado, que por nada nuestros caminos se han cruzado. ¿Qué dices? ¿Aceptas romper esas barreras del recuerdo para forman una gran historia juntos otra vez?

16.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Dieciséis: Hagamos Una Apuesta.

Terminemos con este juego pronto que aun queda un camino largo por delante y la noche casi llega a su fin. Hagamos una apuesta ¿te parece? En esta mano se decide el todo o nada de nuestras vidas, no tengas miedo, hay mucho que ganar y poco que perder; te ofrezco un amor eterno, incondicional, como ninguno que hayas vivido antes; una vida llena de dulzura con hermosos detalles cada día cuando despiertes; una pasión sin igual acompañada de una confianza infinita; mil formas de robarte una sonrisa cada día que estés triste; viajes a mundos que con nadie más conocerás; palabras de aliento en momentos de necesidad; caricias y besos en nuestra intimidad; pero sobre todo, una experiencia que jamás olvidarás. ¿Qué dices? ¿Aceptas? Vale. Muéstrame tus cartas, lo imagine, no voy, así es, has ganado el premio mayor, sabia que perdería y aun así decidí correr el riesgo, bien, cuando desees podrás reclamar tu premio. La reina de diamantes se ha ganado mi as de corazones.

15.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Quince: Volveré Solo Por Tí.



No dudes que volveré por ti, que regresaré solo para llevarte lejos, a nuestro mundo, ese que soñamos con crear juntos ¿lo recuerdas? Hablamos de él cuando nos conocimos: ubicado en la calle “amor infinito” esquina con “no hay limites”, en la ciudad de “no me busques”, cerca del final de la vía láctea, allí donde están guardados nuestros sueños junto a nuestros anhelos de una vida juntos. Pero tendrás que esperar un poco, tendrás que seguir adelante a pesar de que yo no este contigo, yo esperaré mil y un días por ti, con mi guitarra, un acorde y una canción listos para interpretar la melodía del corazón. No desesperes amor, que es nuestro destino es estar juntos, eso ya esta dicho, pero tendrás que disfrutar al máximo de tu vida antes de volverte a topar conmigo; otras bocas tendrán que pasar por tus labios antes de llegar otra vez a los míos, otros versos tocarán tu corazón pero sin borrar lo que ya dejaron en él los míos; otros ojos naufragarán en las olas de tu mirada, antes de que llegues a encontrarte con la tormenta que provocan los míos en tu cuerpo; no desesperes amor mío, que yo de aquí te cuido, te espera el reloj detenido, listo para empezar otra vez en el último segundo que nos vimos, mi locura sigue esperanzada de que la vuelvas a atrapar y mi razón espera impaciente por verte regresar, todo yo ya soy tuyo, eso no lo debes de dudar… Espera amor que no corre prisa, en las estrellas esta escrito nuestro final juntos, y aunque el mío no quiso esperar, recuerda que aquí tienes a quien te amará por siempre y hasta la eternidad…

14.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Catorce: Mujer De Humo.

Ahora eres nombrada la mujer de humo, te has ganado el nombre a pulso y así serás conocida a partir de ahora, pero… ¿Por qué? ¿Qué te hace acreedora de ese nombre? Simple, o al menos a mí me lo resulta: en tus ojos encontré la paz, la forma de calmar el ansia que me produce el día a día; en tus labios cuyas comisuras conozco al derecho y al revés, que me llevan a galaxias aun desconocidas para la mayoría del mundo y que aseguro, jamás llegarán a ver; en tu voz dulce y armoniosa, que cuando pronuncia mi nombre adormece mi cerebro y acelera el corazón; por tu aroma, que entra por cada poro de mi piel con suficiente fuerza como para poder olvidarte, y con tal suavidad como para dificultarme el recordarte; en tu mirada profunda y misteriosa, que aniquila toda muestra de dolor en cada instante en que me acompañas; en tu cuerpo, peculiar, como ninguno, perfecto, que cada día me muestra algo nuevo. Pero como todo buen tabaco, tiene que consumirse el momento, y ansío cada día, más y más, el volver a verte, escucharte, sentirte conmigo, ahora eres mi droga, mi necesidad, no me veo un solo día sin ti. ¿Suficientemente claro? Puedo seguir enumerando cada cosa por la cual me vuelves loco y pro al cual llevaría mi vida al límite, pero este cuaderno en el que hoy te escribo, y esta pluma con la que hoy te añoro, no tiene suficientes hojas ni suficiente tinta como para cumplir tal azaña.

13.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Trece: Supe Que Era Ella.

Supe que era ella cuando me perdí por primera vez en la comisura de sus labios, me incitó a probar del cáliz de la felicidad, sin saber que me costaría perder mi posesión más preciada. Supe que era ella, cuando en un beso, se robó más que mi aliento de una probada. No dejo de pensarla, de buscarla, de intentar saber algo que me de indicios de su paradero. La busco, y no la encuentro, camino en los rincones más oscuros de la ciudad esperando encontrar la luz que le dio sentido a mí existir. Supe que era ella, cuando las olas de sus ojos me arrastraron a lo más profundo de su alma, si saber que haría pedazos la mía, solo para que llevársela no fuese complicado. Nunca imagine que u ausencia me pesara tanto, tanto que mis alas tuvieron que partirse en dos para soportar el delirio que provoca el no tenerla cerca. Supe que era ella, cuando no sentí el golpeteo que producía mi corazón en el pecho, ¿Dónde estas mi quería niña? ¿Acaso no te das cuenta de lo que me hace tu ausencia? No vivo más por mi desde que te cruzaste en mi camino, aquella tarde nublada en la que los ángeles anunciaban tu presencia, mientras el tiempo se paraba de golpe. Supe que era ella, cuando se llevó mi corazón entre las manos, y no dejó rastro de su paso por mi vida… Lo supe desde aquel momento, que ella era la indicada, la chica que me haría dejar de caer en el abismo de las tinieblas que me consume más día a día, solo me pregunto ¿Dónde esta?

12.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Doce: Lucifer Quiere Charlar (Parte 2).

Se apareció frente a mis ojos, en medio de la lluvia, no podía creerlo, en los días mas extraños suceden las cosas más raras… Nos miramos un momento, ninguno de los dos supo como reaccionar, Lucifer vino desde el mismo infierno solo para buscarme: “¿Qué deseas?” le pregunté, “Sólo vengo a cambiar el trato que antes habíamos pactado, ya no deseo mas tu corazón, un objeto inservible solo es un bulto más, ahora quiero otra cosa…” me respondió, sereno, seguro de que lo que antes me había predicho se había vuelto realidad. “Dime que es lo que deseas y márchate, no son buenos días como para entablar una conversación” pero no me dijo terminar, “ah, no me gusta decirlo mucho pero te lo dije, te dije que ella no merecía eso que con tanto recelo cuidaste por tanto tiempo, mira como estas, acabado, medio muerto, casi mío, sin saber como salir del laberinto, y sin tu posesión más preciada, ahora solo te queda esperar a que llegue la que podrá arreglar el desperfecto que has creado y vuelvas a llamar mi atención con tus sentimientos tan puros” me decía con una risa maléfica en su rostro mientras la lluvia se hacía más y más fuerte, “ Y a todo esto ¿Qué deseas?” pregunté desesperado, “Hoy quiero ayudarte, en este estado no me sirves, hoy, quiero tus ojos…” me dijo. “¿Mis ojos? Vaya, si que has cambiado tus prioridades, y ¿para qué los quieres?” pregunté interesado más y más en su charla, “Bueno, digamos que te haré un favor, con el tiempo te darás cuenta de que las cosas mejoraran, pero no para tu beneficio, sabes que esto es para que pronto seas mío” respondió, dio una carcajada mientras sus dedos atravesaban mi rostro sacándome los ojos de un tajo, y se marchó sin decir más. En mis cuencas vacías, aparecieron un par de ojos nuevo, más fríos, oscuros; unos ojos que me ofrecían una mejor visión, un cambio en mi perspectiva. Y así lo entendí mientras decía en voz alta: “Entiendo que planeas y tengo de decirte que no funcionará, soy demasiada pieza para ti, así que será mejor que te rindas pronto, que yo seguiré aquí…”




11.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Once: Delirios De Una Mente Atormentada.

Me persiguen, me atormenta, la cabeza no deja de dolerme y mis miedos cada vez se vuelven más reales. No importa a donde quiera escapar, no dejo de escuchar las voces de mi cabeza, esas que solo buscan asesinarme, no encuentro ya otra salida, si he de ponerle fin a esto, será mejor que lo haga rápido, será meno doloroso… Al final, todos estaremos mejor: lady blue dejará de sufrir por mi causa, ellos vivirán felices sin mi compañía, todo será mejor para todos, y si les hago falta, podrán reemplazarme, nadie es indispensable para nada. Así que, ¿Qué esperas? (dicen ellas con tono más convincente), si sabes que las cosas serán mejor para ti, para ellos pero sobre todo, para ella que es la que más importa, ¿Por qué no lo haces? Es tiempo ya de decir adiós y dejar que continúen sin ti, no te necesitan más, tu tiempo con ellos se acabó. Y por mas que intento convencerme de que todo es un error, no encuentro fallas a su lógica, una cuerda me espera en el árbol que hay afuera, en el jardín, y lleva mi nombre, así que, no retrasemos más lo inevitable, acabemos ya con esta farsa de creer que las cosas volverán a estar bien, que todo será color de rosa, sé que no es así, nunca será así, terminemos de una vez, con lo que nunca debió de haber pasado…

10.10.11

Cien Días Cien Escritos. Dia Diez: Noche De Luna Llena.

Los dulces rayos color plata bañan todo lo que tocan con luz de esperanza, tan bella, tan hermosa, postrada en el firmamento, observando, esperando el momento justo para hacer de las suyas. Se apodera de mí la locura cuando la veo, así ha sido siempre, no va a cambiar ahora, la bestia despierta cada vez que me toca tu luz fúnebre. No me temas, no soy diferente a ti, solo encontré la forma de olvidar todo el peso que la vida conlleva, de tranquilizar la pena que trae consigo un amor imposible, y entre mi grito de angustia y alivio, podrás reconocerme, si lo oyes a lo lejos, sabrás que soy yo, pero no temas, no te haré daño, a menos que te cruces en mi camino. Has escuchado mil historias, todas son verdad, ninguna es cierta, no hagas caso a lo que la gente rumora sobre mi, pero no te confíes, en mi estado de locura desatada, no reconozco que es el bien o el mal, así que, la responsabilidad no estará en mis manos, todo dependerá de lo que decidas hacer. No hullas si me vez, no intentes correr, en donde te escondas te encontraré, y contigo toda mi furia desataré. Es el momento que espero cada mes, el momento en que puedo liberar al monstruo que llevo dentro, en que puedo desahogar mi frustración, no hay amor en un corazón impuro y lleno de odio. Así es cada noche como esta, cada noche de luna llena.

9.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Nueve: Adiós Mi Querido Amigo.

Siempre será difícil decir adiós, aún cuando sabemos que el mismo final nos espera a todos, siempre será difícil decir adiós, aún cuando estemos preparados, una lágrima se derramará a través de nuestra mejilla, recordado, reviviendo cada minuto, cada momento, cada instante que juntos pasamos. Esta guerra fue un verdadero reto, sabíamos que no saldríamos ilesos de ella, pero así tuvo que ser, yo no estaba listo, tu solo esperabas el momento indicado para irte de mi lado, y aunque no estuve presente en tu último aliento recuerda que te quise, y que jamás te he de olvidar. Me regalaste muchos momentos amenos, la vida contigo se volvió mas divertida, pero no lo supe apreciar, nunca vi por tu bienestar, y lo siento, te debí de haber cuidado más. Adiós viejo amigo, espérame en otro lugar, en uno que vuelva más tranquila tu espera, no dudes que cuando llegue mi final, te iré a buscar, y entre nosotros todo será felicidad. Adiós mi niño, pediré por ti cada noche, y te recordaré siempre, se avecinan días de luto, pero nos veremos otra vez. Gracias por el tiempo que pasaste a mi lado.

8.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Ocho: Esta Noche Entre Tormentas.

Saldré a caminar bajo la lluvia, a empapar mis ideas con el vital líquido mientras busco un nuevo camino que me lleve al mismo destino. Llevo conmigo los restos de este corazón partido, para obsequiárselos a lady blue, la chica que lo destruyó, como un recordatorio de lo que alguna vez entre nosotros pasó. Esperaré bajo la lluvia la llegada de la noche, con sus fieles compañeras las estrellas, estas me traerán la luna, ella y yo pactamos hace tiempo vernos hoy, solo para charlar, para recordar viejos momentos, amores olvidados, bromearemos un poco sobre eso, y tal vez al final, nos bebamos una copa y algo mas pase entre nosotros. Se volvió mi confidente una noche que me encontró sumergido en la tristeza, le cantaba una canción a las estrellas con mi guitarra, mientras ella caminaba por casualidad, me encontró en ese lugar, su mirada alivió mi dolor, sus palabras me sacaron del abismo, le debo mucho, y la amo desde aquel momento. Me rescató, pago la suma que pedía lady blue que secuestro mi locura y mi razón. Me las entregó como nuevas, me dio un día más de vida. No nos vemos siempre, es rara la ocasión, pero cuando la fecha llega, es cuando se dice que el amor esta en el aire. Nunca se que esperar de ella, solo se que hoy será especial, hace tiempo que no nos vemos y ya esperaba con ansias el encuentro. Hoy será el día en el que por fin le pida que se quede conmigo siempre, la escena se presentará bajo el árbol en el que nos vimos la primera vez, yo mojado, ella gloriosa; después de hablar un rato se lo diré entre un abrazo, un beso y una caricia. Deséenme suerte, si acepta nos iremos a vivir a otro lugar, a un mundo donde lady blue, no se vuelva a hacer presente en mi recuerdo…

7.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Siete: Laberinto Sin Salida.

Caí en un laberinto sin salida, por más que busqué, por más veces que retrocedí buscando la salida, no existía, nunca existió, no la encontraré jamás. Me di cuenta muy tarde de que las cosas nunca iban a funcionar, los demonios tuvieron que apoderarse de mí, para hacerme ver que iba por el mal camino. Es tiempo de dejar atrás todo lo que e hecho y empezar de nuevo, retroceder en el trayecto antes pisado, agachar la cabeza, pedir perdón e irme derrotado. Vendrán mejores vientos que me hagan salir a altamar. Este caballero se cansó de buscar a su princesa, y cuando pensó haberla encontrado, se dio cuenta de que no era la correcta, su armadura esta oxidada, la tiene que renovar, y por más duro que sea, a la batalla nuevamente tendrá que entrar. No me daré por vencido, solo necesito tiempo para recargar mis fuerzas, y como siempre saldré delante de este tropiezo que se me ha presentado. Por hoy es todo, dejemos la película que juntos comenzamos a crear, borremos todo y volvamos a empezar, que no queda más por hacer en este lugar. Es momento de cambiar la arena del reloj, de buscar una nueva sirena en el mar traicionero que es la vida, de mirar las estrellas desde otro cielo, de levantarme y seguir, seguir hasta que se me destrocen las piernas. Levantemos nuevos muros para el castillo que se acaba de derrumbar. Siéntate un momento que tengo ganas de charlar, hice lo que estuvo en mis manos para arreglar nuestra relación, buscaba algo más y por la causa que sea no se dio, bueno, es hora de darle luto a ese amor incomprendido, enterraré mi dolor en la tumba desocupada que le pertenecía a la esperanza, que ahora renació, pero no por ti, nada mas de lo que haga será por ti. El lugar ahora esta reservado para la chica que se arriesgue a gobernar el imperio que este rey construyó con tanto esfuerzo. Esperaré ansioso a la persona que quiera ocupar el trono que rechazaste por no sentirte reina, se lo daré a quien en verdad lo merezca, y a quien lo sepa valorar, ya no corre prisa, ahora puedo esperar por ella, la que de verdad me quiera amar.

6.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Seis: En Mi Locura De Decirte Adiós...



Y sigue la mata dando, quisiera no sentir esto, pero no puedo dejar de hacerlo, ¿Cómo dejas de querer a alguien si en el corazón no se manda? Ahora si ya es tiempo… Tiempo de dejar de morir cada día un poco más por ti, tiempo de ser el enemigo número uno de la lista de los mas buscados que quieren asesinar al amor, tiempo de quitar las espinas que hay clavadas en mi corazón, tiempo de ponerle un alto a ese querubín en pañales que solo busca hacerme sufrir con cada truco y artimaña que tenía en su arsenal. Lo siento mis amigos, pero es hora de decir adiós, ya no soporto más este peso extra, es demasiado para mis alas, es hora de cortarlas para volverme un mortal cualquiera que tiene el mismo final que todos… En cada momento, cada vez que tuve la oportunidad, intenté ser ese clavo, aquel que saca al otro, y al otro, y al otro… Pero siempre fui el consuelo, el “si no hay algo mejor”. Al final, las heridas del corazón, por más que sanen, cicatricen o se suturen, siempre se terminan abriendo de nuevo. Solo por esta ocasión: lloraré hasta quedar vacío, gritaré todo el sentimiento que hay en mi, volaré muy alto para destruir mil mundos y desahogar mi furia, borraré mi rastro de todas las personas que tuvieron contacto conmigo, ya no seré un estorbo más en tu vida… Es hora de irme, buscaré mi realidad perfecta entre sueños, donde no pueda morir mas que en un breve momento, ya no quiero más dolor, ya no más… Lo siento mis amigos, no puedo vivir en un mundo donde el amor se hace presente en cada lugar en el que miro, y tal vez exagero mis palabras, pero no resisto las ganas de salir corriendo cuando los veo a todos tan contentos… Y a ti: lamento si pensé que podíamos volar juntos, si confundí una sonrisa con un beso, un cariño con una caricia, un “hola” con un “te quiero”… No te preocupes, ya encontraron la cura para eliminar a este parásito que se hacia pasar por ángel… Yo solo puedo decirte, con una sonrisa hipócrita en mis labios: adiós, que seas feliz… Lo que tenga que ver contigo… Ya no me interesa…

5.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Cinco: Ella Se Merece A Alguien Mejor.



La vi y no deje de pensar en ella, su voz, sus ojos, sus labios, su figura, todo de ella me enamoró al instante, lastima que no sintiera lo mismo. Es mucha pieza para un hombre que flaquea, que se pierde en el torbellino que le provoca su presencia, ella no busca a alguien como yo, ella no merece a alguien como yo, ella necesita a alguien mejor que yo. Y no me malentiendan, no me menosprecio, solo que no puedo darle todo lo que ella busca en una persona, soy demasiado “bueno” para ofrecerle lo que ni yo mismo puedo darme. A pesar de todo, la quiero, y la quiero bien, tal vez no pueda darle lo que ella esta buscando, pero podría darle algo mejor, algo que solo una persona como yo podría darle, que lastima que ella no lo vea, que pena que no se de cuenta, ella no busaca a alguien como yo, ella no se merece a alguien como yo, ella merece a alguien mejor que yo. Solo se que deseo estar junto a ella, que deseo sentirla mía, abrazarla, besarla, cuidarla, protegerla, ayudarla; pero ella no busca eso, ella busca un compañero, y aun soy un niño en eso de los juegos del amor, al final siempre salgo perdiendo y con una cicatriz que no cierra sin importar cuanto tiempo pase, pero la quiero, y la quiero bien, que lastima que ella no me voltee ni a ver, que lastima que no sepa de mi existencia, que lastima que no sea para mi, es tan hermosa, que mal que las cosas como siempre tengan que acabar así: yo, desahogándome entre papel y tinta deseando verla una vez mas, mientras ella, le regala su amor a otro pasajero que decidió aventurarse a tomar el transporte que lleva su nombre. Que lastima, ella no se merece a alguien como yo, ella se merece algo mejor, un mejor partido, alguien que en verdad sepa amarla y consentirla. Se que yo no la merezco a ella, ella se merece algo mejor, y yo, merezco alguien mejor que ella, alguien que si este hecha a mi medida.

4.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Cuatro: Noches Frías De Otoño.

Las hojas marchitas caen, el frío polar arrecia y congela la vida, una dosis de nicotina para aliviar la desdicha de un adiós y una bebida que humedece y purifica el alma para sentirla mas viva. Un beso que muere de impotencia, una lágrima que rueda al vacío esperando el final de su existencia, una melodía incompleta que resuena en los oídos sordos de la doncella que duerme tranquila a lo lejos, así son las noches frías de otoño. ¿Por qué? Es la pregunta que permanece en la mente del amante que olvidó lo que significa amar; “la noche esta estrellada, y ella no esta conmigo, eso es todo”, es el verso que revive el poeta para no morir en el recuerdo del olvido. Los corazones callan, lloran, sufren, se desangran de a poco en los caparazones sin existencia de sus dueños; las almas, penan, vagan, desaparecen, se suicidan en las tinieblas que envuelven a la noche con su manto, esas, son las noches frías de otoño. Mientras, yo sigo pecando de masoquista recordándola en aquellos días donde aún era mía, mis cargos de conciencia le provocan a mi razón, duelos a muerte con la ilusión de verte despertar entre mis brazos con un dulce “buenos días” al besar tus labios. La esperanza se transforma en espinas que envenenan el amor de aquel que sueña con volver a estar con ella. La extraño, no se si ella lo haga también, la distancia destruyó la poca cordura que aún mantenía mi locura; misma que decidió seguir loca por tu ausencia. Así son mis noches frías de otoño, recordando y olvidando sin querer hacerlo; llorando y riendo sin saber contenerlo; viviendo y muriendo sin poder detenerlo; liberado y atrapado sin dejar de estar enjaulado; yendo y viniendo sin saber donde esperar; amando y odiando sin poder evitarlo.

3.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Tres: Lucifer Quiere Charlar.



Han venido del infierno solicitando mi presencia, Lucifer en persona desea verme, tal vez quiera juzgarme. Me resguarda la mitad de su ejercito de sirvientes, me hace sentir importante; al llegar a su morada, una muchedumbre de almas en pena aplaude mi presencia, silban, gritan, es día de fiesta: el hijo prodigo a regresado, pero no para quedarse. Dentro, su decoración impresiona: tiene una gran tapicería color vino que envuelve totalmente su fachada; sus muebles estilo ingles antiguo le dan un toque de realeza. En su despacho privado, lo encuentro bebiendo una copa de Jack Daniels en las rocas, trae sus mejores ropas y solo para recibirme, eso me halaga. Me invita a tomar asiento mientras se pasea detrás mío preocupado, inquieto, algo grave debió de haber pasado. “Me he enterado que has faltado a nuestro trato, te has enamorado de quien no debías, he dejado que cometas muchas fechorías, y eso es algo que no hago con cualquiera” me decía, “las cosas cambian” respondí, “y yo decidí que era lo mejor para mi”. “Vaya que eres insolente, eso me agrada de ti, pero recuerda que cuando caigas en mi poder, tu corazón será mío, y ella sufrirá el peor de los castigos, y todo será tu culpa”. “No me asustas” contesté, “tus amenazas ya no funcionan, veremos si llega el día en el que caiga en tus manos, este corazón solitario que después de tanto buscar, encontró al fin a quien amar. Intenta lo que quieras, haz lo que te plazca, no ganarás lo que ya le pertenece a ella”: Salí del lugar con aire despreocupado y la ropa con olor a azufre, ella aguardaba afuera, “¿que quería?” preguntó desconcertada, “algo que ya no le pertenece” le respondía mientras subíamos a mi motocicleta y emprendíamos el camino de regreso; mientras, a lo lejos, una carcajada maliciosa resonaba en los rincones del infierno.

2.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Dos: Que Nuestras Miradas Se Vuelvan A Cruzar.

Te vi pasar la calle por temor a cruzarte conmigo, no es la primera vez que lo haces, sé que no será la última. Cada que me vez, aún estando tan separados evitas toparte con mi mirada, ¿qué te provoca esta? ¿Miedo? ¿Extrañeza? O solo buscas enloquecerme con tu indiferencia. ¿Recuerdas la primera vez que nos miramos cara a cara? Yo lo recuerdo bien: empapado por la lluvia, tu rostro se ocultaba detrás de tu melena oscura; tus ojos se asomaban curiosos por descifrar el rompecabezas andante que te acababas de encontrar, pero con miedo de llegarse a enamorar; tus manos desconfiadas me querían acariciar, y tus brazos me pretendían aprisionar (no dudes que lo noté); y tus labios a gritos desesperados pretendían mi nombre pronunciar. Para ti yo fui un completo encanto, u caballero negro que apareció en el momento perfecto para salvar a su doncella, tal vez te quedé mal, y a toda costa evitas que nos volvamos a mirar; pero no dudes más dulcinea mía, que haré lo que este en mis manos para que nuestras miradas se vuelvan a cruzar, y te des cuenta de una vez por todas que no ganaste un caballero, te encontraste un ángel que te vino a cuidar, conquistaste a un rey que lo da todo, porque lo vuelvas a mirar…



1.10.11

Cien Días Cien Escritos. Día Uno: Al Amor No Le Importa La Ciencia.

Por mas que lo intenté, por más que experimenté, no logré llegar al resultado: los datos experimentales no eran los correctos, el por ciento de error fue casi del cien por ciento, el procedimiento no fue el correcto, los químicos que usé no eran los adecuados. Siempre que estaba cerca, me encontraba con un maldito error, una constante equivocada, un signo me fallaba. “Tal vez, la falla esta en una reacción”, me dije, pero nada conseguía sacarme del fracaso en que me había metido. “¡Una operación mal efectuada, tal vez es esa la razón!” grité, y en ese momento, caí en cuenta de mi desafortunado desacierto: el amor y la razón, no se suman para dar felicidad, esto esta mal efectuado, mucho tiempo viví cegado por malos resultados. Quitar la razón y poner a alguien en la operación, multiplicarlo todo por amor y dividirlo entre dos para obtener una felicidad compartida, esa era la solución. Amor, ganaste una guerra en la que la ciencia cayó, aún estando muy bien armada.

Un Gran Reto.

M einvitaron a un reto que no podia dejar pasar, se titula Cien Días Cien Escritos, y creo que es facil de imaginar de que consta, asi que, espero que con esto pueda mantener mas actualizado el lugar.