Terminemos con este juego pronto que aun queda un camino largo por delante y la noche casi llega a su fin. Hagamos una apuesta ¿te parece? En esta mano se decide el todo o nada de nuestras vidas, no tengas miedo, hay mucho que ganar y poco que perder; te ofrezco un amor eterno, incondicional, como ninguno que hayas vivido antes; una vida llena de dulzura con hermosos detalles cada día cuando despiertes; una pasión sin igual acompañada de una confianza infinita; mil formas de robarte una sonrisa cada día que estés triste; viajes a mundos que con nadie más conocerás; palabras de aliento en momentos de necesidad; caricias y besos en nuestra intimidad; pero sobre todo, una experiencia que jamás olvidarás. ¿Qué dices? ¿Aceptas? Vale. Muéstrame tus cartas, lo imagine, no voy, así es, has ganado el premio mayor, sabia que perdería y aun así decidí correr el riesgo, bien, cuando desees podrás reclamar tu premio. La reina de diamantes se ha ganado mi as de corazones.
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