Una sensación extraña se apoderó de mi cuerpo, la habia sentido antes, pero no de esa forma, no dolia, pero tampoco lo disfrutaba. Fui al Doctor, decidido de saber lo que me pasaba, grata fue mi sorpresa al enterarme que las pequeñas mariposas que revoloteaban en mi estomago estab muriendo, ya no batian más sus alas. El Doctor se impresionó mucho con mi caso, era algo nunca antes visto ¿cuántas veces puedes ver que, la sensación que te produce en el estomago el estar enamorado, en vez de alegrarte, te mataba te a poco? "No hay cura para su caso, es algo nunca antes visto" me dijo, no supe si sentirme halagado o decepcionado. ¿Sabes? Todo esto es culpa tuya, por ese pesticida de dolor que me das cada día, espero estes feliz, porque yo no me podré enamorar nunca más, esas han sido las palabras del doctor, espero se equivoque, espero sentir otra vez el revolotear de sus alas en mi panza, este pobre idiota, ahora también es un infeliz.
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